Noviembre nos sumerge en paisajes otoñales donde los bosques son protagonistas absolutos. En la Cordillera Cantábrica, la ruta entre Villafeliz de Babia y Sena de Luna combina brañas, robledales y collados que culminan en un descenso hacia el río Luna, entre bosques caducifolios teñidos de colores intensos.
Más al norte, en Peña Angulo, la cascada de San Miguel y su entorno sorprenden por la belleza de sus panorámicas. Aunque el agua pueda faltar, el recorrido por cuevas, hayedos y majadas nos descubre un territorio donde las vistas se extienden hacia Bizkaia y Álava.
La Rioja vuelve a brillar con los bosques de Arrupia, en Ojacastro. Hayedos, robledales y aldeas semidesiertas acompañan el paseo, mientras el otoño despliega toda su paleta de colores. Desde las campas altas, las vistas hacia la Sierra de la Demanda son un auténtico regalo.
El mes culmina en Zamora y Segovia. En Sanabria, la Cascada y Laguna de Sotillo nos adentran en un paisaje glaciar de robledales y aguas cristalinas. En las Hoces del Duratón, la ruta circular entre el Puente de Talcano y el de Villar nos conduce por farallones calizos y el río encajonado, con buitres leonados como vigías.