Dato orientativo. Recuerda que el nivel de dificultad depende de muchos factores.
Cillaperlata es una caja de sorpresas para el visitante, tanto a nivel natural como histórico y cultural. Esta senda nos da la oportunidad de descubrir alguno de esos secretos que, por esos azares del destino, son tan poco conocidos.
La salida y llegada se encuentra a la entrada de Cillaperlata. Desde allí emprenderemos la marcha siguiendo un bonito sendero a orillas del Ebro, que se encuentra embalsado en esta zona formando un pequeño “mar” interior.
Cruzamos la carretera para incorporarnos a la izquierda a un antiguo camino que transcurre junto a lo que queda de unas antiguas bodegas. Enseguida llegamos al inicio de la senda circular, que parte de los restos del Barrio de Arriba o de La Revilla.
Ascenderemos por entre encinas y musgo por los viejos caminos ganaderos, para descender por la granja abandonada de Valdenubla. Volveremos a ascender ligeramente para volver a descender hacia Cillaperlata, pero antes nos paremos a contemplar el ruinoso monasterio de San Juan de Hoz, sus restos y sus tumbas antropomórficas.
Una vez en Cillaperlata, merece muchísimo la pena entretenerse en explorar las cuevas sobre el Ebro y buscar algún vecino que nos abra la iglesia para contemplar la increíblemente casi desconocida auténtica imagen de la Virgen de Covadonga.
1º Plz Zorrilla (Para de Bus)
2º Feria de Muestras (Puerta Acceso)
Plaza Zorrilla: 7:15 AM
Feria de Muestras: 7:30 AM
Respeto absoluto a la naturaleza y al propio entorno. Es recomendable preparar la ruta para disfrutar en mayor media del entorno natural y comprobar el nivel de dificultad de cada marcha.
Importante disponer del equipo adecuado. En invierno es esencial ir bien abrigado, y vestido por capas para facilitar el quita y pon de la ropa, en verano es muy conveniente llevar protección solar, gafas de sol y una visera o similar para evitar insolaciones. Nunca está de más llevar alguna prenda impermeable para protegerse de la lluvia y contar con un calzado idóneo para el terreno, así como un segundo par en caso de posible barro y evitar suciedad en el bus.
El agua y la comida nunca deben faltar. También es recomendable prestar atención a los manantiales, y sólo fiarse de aquellos que estén señalizados con el letrero de agua potable. Para respetar el entorno y la naturaleza del lugar es obligatorio llevarse la basura generada para mantener limpio el monte.